Marlaska asciende al general de la Guardia Civil al que ordenó perseguir la «desafección al Gobierno»
Nuevo golpe de mano del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en el organigrama de la Guardia Civil. Tras destituir hace unas semanas al coronel Diego Pérez de los Cobos por negarse a revelar el contenido de la investigación judicial sobre el 8-M, ahora asciende al general de Brigada de la Guardia Civil al que ordenó perseguir los «bulos y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno» durante la fase más mortífera de la pandemia del coronavirus.
Se trata de José Manuel Santiago Marín, cuyo nuevo puesto será el de jefe del Estado Mayor de la Benemérita, lo que le convierte de facto en el número 3 de la Benemérita, tras el Director Adjunto Operativo (DAO) y el Mando de Operaciones, según publica este viernes el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El ascenso cuenta también con el visto bueno de María Gámez, la directora general de la Guardia Civil, y de Rafael Pérez, secretario de Estado de Seguridad.
El pasado 19 de marzo, José Manuel Santiago Marín provocó una gran polémica dentro del instituto armado al asegurar que uno de los objetivos de la Guardia Civil contra los bulos era «minimizar todo ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno» en plena pandemia del coronavirus. Así lo aseguró en la rueda de prensa de aquel día que se celebró en la Moncloa para informar sobre la evolución de la crisis sanitaria. Otra de los fines de la Guardia Civil era, según sus palabras, «evitar el estrés social que persiguen todos estos bulos».
Estas palabras generaron un fuerte rechazo dentro de la Guardia Civil al considerar que había dejado a los efectivos del instituto armado «como si fuera la Gestapo», en alusión a la policía secreta de la Alemania nazi, tal y como aseguraron varios agentes del cuerpo a OKDIARIO. «Se ha escudado en su hoja de servicio como si nosotros no hubiésemos luchado contra ETA», añadieron las mismas fuentes.
José Manuel Santiago se negó a retractarse de sus declaraciones y se remitió días después en otra rueda de prensa a su amplísimo historial dentro del cuerpo. «En mis 40 años de profesión, en mis tiempos de lucha contra ETA, de la Academia, en las misiones de El Salvador, Bosnia, Libia… hay una cosa que he aprendido: lo primero son las personas. No hay ideologías. Todos somos un equipo», señaló el general durante un discurso en el que se mostró visiblemente emocionado.
Estas palabras fueron aplaudidas por el resto de presentes en aquella comparecencia pública. Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y portavoz principal de aquel comité de expertos, defendió al alto cargo de la Benemérita y se justificó en la «honestidad de este equipo de trabajo».
Una orden de Marlaska
Lo cierto es que el ahora jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil se limitó a leer las instrucciones recibidas desde el Ministerio del Interior dirigido por Fernando Grande-Marlaska. Esta orden fue cursada a la Dirección General de la Guardia Civil antes de la participación del general en la rueda de prensa del comité técnico del seguimiento del coronavirus. Las imágenes dieron a entender que el general se limitó a leer el texto que llevaba preparado en unos folios. A nadie le cogió por sorpresa la lectura de aquella chuleta porque reflejaba la filosofía del zar de La Moncloa, Iván Redondo.
Esta orden fue remitida a toda las comandancias de la Benemérita a través de un correo al que tuvo acceso OKDIARIO. Fue un mensaje enviado entre los días 15 y 16 de abril y en el que, efectivamente, se solicita a los responsables de la Guardia Civil la «identificación, estudio y seguimiento de […] campañas de desinformación», así como «bulos y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno».
Con el ascenso de José Manuel Santiago Marín, el ministro de Interior pretende dar por sofocada la crisis que estalló en la Benemérita tras la destitución de Pérez de los Cobos. Un terremoto llegó tras aquella decisión, ya que horas después cayeron el director adjunto operativo (DAO), el teniente general Laurentino Ceña, y el teniente general Fernando Santafé, jefe del Mando de Operaciones de la Guardia Civil y número 3 de la institución. Todos dejaron sus puestos en apenas 72 horas.